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La ciencia de la oración

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Todos los que tienen algún tipo de relación seria —con una pareja, un hijo, un amigo cercano— han sido culpables de transgresión en un momento u otro. Eso es porque no somos perfectos. Todos cometemos actos hirientes, violamos la confianza y esperamos el perdón.

Eso es simplemente un hecho, y aquí hay otro: nueve de cada 10 estadounidenses dicen que oran, al menos en alguna ocasión. El psicólogo de la Universidad Estatal de Florida, Nathaniel Lambert, juntó estos dos hechos y se le ocurrió una idea: ¿Por qué no tomar toda esa oración y dirigirla a las personas que nos han hecho daño? ¿Es posible que la oración dirigida pueda despertar el perdón en aquellos que oran y, en el proceso, preservar las relaciones?

Obviamente, esta no es una idea nueva. De hecho, es antiguo, pero Lambert y sus colegas decidieron probarlo científicamente en dos experimentos simples. En el primero, hicieron que un grupo de hombres y mujeres rezaran por su pareja romántica. Fue solo una oración por el bienestar de su pareja, dicha en privado en una habitación tranquila. Otros, los controles experimentales, también entraron en una habitación tranquila, donde simplemente describieron a su pareja, hablando por una grabadora.

Luego midieron el perdón. Cuando alguien te lastima, está en la naturaleza humana querer devolver el golpe, tomar represalias o retirarse de la relación. Los científicos definieron el perdón como la disminución de estos sentimientos negativos iniciales, y cuando analizaron todos los datos, los resultados fueron claros: los que habían orado por su pareja albergaban menos pensamientos y emociones vengativos: estaban más dispuestos a perdonar y seguir adelante.

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Esto es notable, cuando piensas que una sola oración marcó la diferencia. Los investigadores decidieron realizar otra prueba para verificar los hallazgos. En este estudio, un grupo de hombres y mujeres oraron por un amigo cercano todos los días durante cuatro semanas. Otros simplemente reflexionaron sobre la relación, teniendo pensamientos positivos pero sin orar por el bienestar de su amigo. También agregaron otra dimensión. Usaron una escala para medir la preocupación desinteresada por los demás, no por una persona en particular, sino por otras personas en general. Especulaban que la oración aumentaría la preocupación desinteresada, lo que a su vez impulsaría el perdón.

Y eso es lo que encontraron. ¿Pero por qué? ¿Cómo ejerce esta práctica espiritual común sus efectos curativos? Los psicólogos tienen una idea, que describieron recientemente en la revista ciencia psicológica: La mayoría de las veces, las parejas profesan y creen en objetivos compartidos, pero cuando tienen una mala racha, a menudo cambian a objetivos adversarios como la retribución y el resentimiento. Estos objetivos contradictorios cambian el enfoque cognitivo hacia uno mismo, y puede ser difícil deshacerse de ese enfoque en uno mismo. La oración parece desviar la atención del yo hacia los demás, lo que permite que los resentimientos se desvanezcan.

Para obtener más información sobre las peculiaridades de la naturaleza humana, visite el blog «Full Frontal Psychology» en True / Slant. Extractos de «Somos solo humanos» también aparecen con regularidad en la revista. Mente científica americana. El libro de Wray Herbert, Pensándolo bien: burlar los hábitos cableados de su mente, será publicado por Crown en septiembre.

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